- Ve tu espacio de trabajo como la mesa donde un Chef prepara los alimentos. Desarrolla el hábito de ordenarlo justo antes de irte, así encontrarás un lugar limpio para trabajar cuando comienza tu jornada.
- Procúrate el mejor equipo para trabajar, no necesitas un Ferrari de las laptops pero asegúrate que lo esencial sea de buena calidad, una buena silla es el mejor ejemplo.
- Prueba y conócete: Encuentra qué te ayuda a enfocarte, qué tipo de música, audio o entorno de trabajo, probablemente no lo encuentres rápido pero probar te ayuda mucho.
- Trabaja en ciclos cortos: nuestra atención trabaja mejor en ciclos determinados de trabajo, te enfocas unos minutos y descansas un poco para poder continuar. La técnica pomodoro es muy conocida para tomar estás pausas, pruébala y ajústala a tus necesidades.
- Háztelo fácil: Aunque tengas un conjunto de tareas asignadas quién determina con qué prioridad y cómo avanza eres tú. Construye un plan para poder avanzar y ejecutalo en la medida de lo posible, también es algo que probablemente no funcione como esperabas a la primera, sigue intentando y ajustalo.
- Horarios: Entiende tus horarios y adapta tu trabajo a estos, considera que de 6 a 8 horas para dormir son esenciales, trabajar de noche no es la mejor recomendación pero puedes transitar hacia una horario de trabajo diurno colocando descansos adecuados y respetando tus horas de sueño.
- Experimenta: Todos los puntos anteriores son un ejercicio de probar y medir que funcionó e intentar de nuevo para ajustar el proceso. El camino para construir tu hábito de enfoque lo construyes y adaptas para ti.