Originalmente inventado en Italia es una preparación de café muy usada a nivel mundial en dónde lo esencial es la presión y temperatura.
Imagina la presión que ejerce la atmósfera en nosotros, ahora multiplícalo por 5 o 15 y esa es la presión a la que se somete el café durante la preparación.
Estas son las características de un buen espresso.
Textura: El resultado de la presión es una crema muy fina y una espuma color avellana.
Aroma: Así como los vinos y por raro que parezca este tipo de preparación te permite disfrutar aromas florales frutales y hasta parecidos al tostado del chocolate realmente una muy buena experiencia.
Sabor: Ahora vayamos al más importante de los sentidos al momento de preparar café. El sabor resultante es sustancial, además con un buen equilibrio entre ácido y tostado amargo.